Un año más, la comunidad pasionista del convento del Cristo de la Luz ha celebrado esta semana los actos en honor a los 26 religiosos que fueron fusilados en los primeros días de la Guerra Civil, víctimas de la violencia anticlerical del momento, y posteriormente beatificados por Juan Pablo II en 1989. Los actos comenzaban con el triduo, y finalizaban con la función religiosa del sábado por la tarde.
Previamente, la noche del viernes, el grupo de novicios de la comunidad, en colaboración con algunos jóvenes fieles, representó durante la vigilia una serie de escenas en las que se pretendió mostrar el proceso de beatificación. Un recorrido desde que se iniciaron los trámites hasta que finalmente en octubre de 1989 concluyó con la beatificación de los religiosos en la Basilica de San Pedro de El Vaticano por el papa Juan Pablo II.
La celebración culminó con la función religiosa, oficiada por el pasionista Rodrigo Sevillano que, llegado desde Santander, reconoció con asombro el empeño y dedicación que existe por parte de la comunidad daimieleña y que, según le trasladó al presidente de la Archicofradía de La Pasión en Daimiel, Francis Martín Portugués, “debería ser algo que se llevara a todas las comunidades pasionistas de España”.
Con la presencia del alcalde, Leopoldo Sierra, así como de varios miembros de la Corporación Municipal, la misa trascurrió en los exteriores del convento, con centenares de fieles llenando las sillas dispuestas frente al altar. Tras la celebración religiosa, se degustó un pequeño aperitivo, amenizado por el coro y los novicios.
Martín Portugués se mostraba muy satisfecho con la acogida que un año más ha tenido esta celebración, donde se ha recibido a “gente llegada de varios pueblos cercanos a Daimiel, como Torralba, Carrión o Ciudad Real, e incluso algunos casos, con fieles de Navarra”.