Una veintena de agricultores solaneros acudieron a una charla sobre el cultivo del pistacho, un fruto seco cada vez más extendido en las explotaciones de la comarca. La SAT Pistamancha se encargó de ofrecer una presentación encaminada a reclutar socios para una alternativa agrícola con un gran futuro, sino presente. Con 14 afiliados en la actualidad, de los cuales uno es de La Solana, los directivos de esta sociedad agraria de transformación planean una ampliación de capital para modernizar un proyecto que califican como ‘ambicioso’.
En declaraciones previas a la prensa, su presidente, Miguel Ángel García Muñoz, afirmó que, en proporción a otros cultivos, la inversión requerida es mucho más pequeña “y lo único que precisas es tiempo, ya que tardamos siete años en tener producción”. Una paciencia, admite, no siempre está al alcance de todos los agricultores, acostumbrados a rendimientos más inmediatos.
El secretario, Joaquín Cayuela, también reconoció que el pistacho es un cultivo “para gente con fe”, aunque insistió en sus bondades. “Un agricultor con su explotación ya en producción no encontrará mayor rendimiento en ningún otro tipo de cultivo”. A ello -añadió- se une un trabajo relativamente sencillo para un fruto seco sin apenas enemigos biológicos. Después, la sociedad les ofrece la posibilidad de procesar sus pistachos y venderlos a precio de mercado. “En SAT Pistamancha solo comercializaremos pistacho gracias a una dirección comercial muy profesional”.
Cayuela asegura que el mercado del pistacho va camino de convertirse en muy importante en Castilla-La Mancha, y pone como ejemplo la concesión de 360.000 euros por parte del gobierno regional sólo para gastos de comercialización. “Esto nos ha dado un gran capacidad para situarnos en el mercado internacional”. “Más del 60 por ciento de nuestra producción en 2019 la hemos vendido en Francia, Bélgica e Italia”. En su opinión, es una garantía de posicionamiento fuerte en los nichos exteriores de venta.
