Mihai Constantin Vasile, el rumano de 26 años acusado de matar a un chico de su pueblo, Ionut Grabriel Rijnetu, en una pelea en la Rotonda del Madrugador de Villarrubia de los Ojos en julio de 2019, ha declarado que no quiso matar a nadie, sino que la víctima, que murió de una única puñalada en el corazón, “se cayó encima del cuchillo”, que esgrimió para protegerse de un ataque previo. “Se me echó encima para sacarme del coche y puso el cuchillo hacia arriba”, ha declarado.
Mihai, que lleva dos años y medio en prisión preventiva, ni siquiera tenía problemas con el fallecido, al que mató de casualidad, por lo que le ha contado al jurado que juzga el caso este lunes en la Audiencia Provincial de Ciudad Real.
Ha testificado que el 27 de julio de 2019, sábado, tuvo un enfrentamiento telefónico previo con el primo del fallecido, Florin Alin Naon, compañero de trabajo de su padre. Se había enterado de las burlas e insultos racistas que recibía su progenitor por parte de esta persona, y lo llamó para que le diera explicaciones. Cuando le cogió el teléfono Florin no solo no pidió disculpas por insultar a su padre y burlarse, “me dijo que todo era una broma, que él decía lo que quería y que le sudaba la polla”, ha contado.
Quedó para hablar y como mucho “darse unas patadas”
Varias llamadas después es Florin -siempre según el acusado- el que le llama para quedar esa tarde en la Rotonda del Madrugador, sobre las ocho y media. A la cita acude en su vehículo y acompañado de un amigo, con la intención, según ha respondido a preguntas de la fiscal, “de hablar con tranquilidad”, aunque asumiendo que igual “nos dábamos algunas patadas”.
Cuando por fin llega “a la cita” ve a Florin con su primo Ionut (la víctima mortal) caminando por allí y se dirige con el coche hacia ellos. En la versión de Mihai no le dio tiempo ni a bajarse del coche cuando Ionut se abalanzó sobre él, abrió la puerta del piloto y empezó a zarandearlo (le rompió la camiseta), mientras que Florin intentaba acceder por el lado del copiloto.
Cogió el cuchillo y cerró los ojos
Al parecer sintió tanto miedo que para quitarse de encima a los otros dos cogió un cuchillo que “por casualidad” llevaba para manipular un espejo retrovisor (había cambiado un bombilla de un faro), cerró los ojos presa del pánico y pinchó a Ionut, que estaba encima de él. “No hice ningún esfuerzo ni nada”, ha insistido. También ha declarado que pensó que le dio en un brazo o en la mano, que no vio sangre, y no supo hasta después, cuando huyó, que había matado a una persona, “no me lo podía creer”.
Florin: “Me buscaba por el pueblo”
El rival de Mihai y testigo directo de la pelea, también ha declarado este lunes. Ha reconocido que ese sábado tuvo unas palabras por teléfono con el acusado, que efectivamente le llamó insistentemente cabreado por supuestos problemas son su padre, pero que no quedaron, “él me buscaba por el pueblo”.
No obstante, esa tarde le pidió a su primo Ionut, el fallecido, que también era compañero de trabajo del padre del acusado, que lo acompañara para aclarar con Mihai lo que fuera. Se encontraron en la Rotonda del Madrugador, y según Florin, el acusado intentó atropellarlos, por lo que ellos se aproximaron, cada uno por una ventana, para decirle que qué hacía. Todo fue tan rápido que Florin no vio el apuñalamiento, dice que mientras él se dirigía por la ventanilla del copiloto su primo metió las manos en la zona del conductor y acto seguido dio unos pasos hacia atrás (se supone que ya gravemente herido).
Mihai salió después con el cuchillo en la mano corriendo detrás de Florin y Ionut, y les dice algo así como “os mato”. Florin ni se dio cuenta que su primo estaba herido grave, de hecho camino treinta y cinco metros hasta que cayó desplomado en la acera.
El tercer testigo presencial de la riña (acompañante de Mihai), que ha venido desde Rumanía para declarar en este juicio, ha explicado que ellos no intentaron atropellar a nadie, y que Ionut se abalanzó sobre Mihai y trató de sacarlo del coche, pero no vio el apuñalamiento.
Se enfrenta a 15 años de prisión
Mihai Constantin Vasile se enfrenta a penas de entre 14 y 15 años de prisión por homicidio. A Vasile lo defiende el experimentado abogado Ramón Alén que considera lo ocurrido un “homicidio imprudente”, en el que concurren tres atenuantes: estado de necesidad, legítima defensa y miedo insuperable.
Los cuatro implicados en la pelea que terminó en tragedia pertenecen a la comunidad rumana de Villarrubia de los Ojos, tienen la misma edad, y se conocían en su país de origen. Tanto Florin como el fallecido eran compañeros de trabajo del padre de Mihai.
El juicio, previsto para toda la semana, continúa este martes con la declaración de más testigos.