Apagar un incendio en la barriada de San Martín de Porres se ha convertido en una salida de alto riesgo para los bomberos de Ciudad Real. La madrugada del jueves acudieron por cuarta vez en un mes a un “incendio sin determinar”, por diferentes materiales apilados, colchones, maderas, etc, en el exterior. Y es lo que encontraron, solo que esta vez, oculta entre los colchones, había una bombona de camping gas cargada, “una bomba”, asegura el sargento jefe de grupo Luis Martín, del parque de Ciudad Real.
“Estamos intranquilos”
“No podemos afirmar que fuera una trampa, pero estaba escondida de tal manera y sin válvula que si llega a deflagrar porque llegamos más tarde habríamos tenido un disgusto serio”, asegura Martín, que reconoce “que estamos intranquilos cuando acudimos a este tipo de incendios”.
Martín y otros compañeros han puesto en conocimiento de la Policía Nacional –que les acompañó al fuego de la pasada madrugada en el barrio- su intranquilidad cada vez que intervienen en la zona, una barriada en la que ha crecido la población chabolista.
Demasiado material combustible apilado
Por otra parte, creen que el Ayuntamiento debería intervenir para “evitar que se siga acumulado material combustible en muchas zonas del barrio, de una forma que pone en riesgo la vida de las personas que viven allí y la seguridad en general”.
El aviso de la polémica intervención entró en el parque de Ciudad Real a la 1.11 horas de la madrugada del jueves. Movilizaron un camión de extinción rural con cuatro bomberos, con la posibilidad de pedir refuerzos. Cuando llegaron encontraron lo de siempre: un fuego de material diverso apilado en unos cincuenta metros cuadrados, con la botella de camping gas.
Aviso al resto de bomberos
En el aviso que ha colocado el sargento en el parque se informa de esta situación, “que pudo ser casual, no digo que se haya hecho aposta”, recalca Martín, y pide al resto de compañeros que extremen la precaución en base a dos premisas: máxima protección personal, intervenir desde la distancia de seguridad.