Para ello, “no vale cualquier perro, sí cualquier raza, pero depende del ejemplar, el individuo, ya que tienen que ser perros tranquilos, sociables y que les guste acercarse a las personas”, indica García Sánchez, que imparte por segundo año consecutivo esta actividad de una duración trimestral y a la que asisten, desde hace cuatro años que se programa desde la Concejalía de Igualdad y el Centro de la Mujer, una media de cinco víctimas de violencia, a quienes se les ofrece terapia individual, de grupo y, posteriormente, la complementada con “perros adiestrados especialmente para la ayuda a las personas”.
La concejal de Educación e Igualdad, María José Escobedo, y el coordinador del Centro de la Mujer, Julio de la Cruz, asistieron este lunes a una de las sesiones de ‘Perros de apoyo emocional. Estoy contigo’, en la que destacaron los efectos de esta terapia de reducción de estrés y ansiedad, al tiempo que les ayuda a “sentirse ellas, con capacidad e independencia, al adiestrarlos para, desde la autoestima, retomar su vida con normalidad”.
Se trata de un proyecto que se ha convertido en “referente en todo el país. Nos han llamado de centros y ayuntamientos interesándose por él porque es un paso más” en la ayuda a las víctimas, expuso De la Cruz, que indicó que se trabaja con grupos pequeños para que “la terapia y funcionamiento sean productivos”.
Las beneficiarias acuden a dos tipos de clases: sesiones impartidas por una psicóloga con el apoyo del perro, ayudando a que “vayan hablando, soltándose, se sientan escuchadas, no juzgadas y se animen a abrirse”; y otras de adiestramiento, en las que enseñan al perro, lo que contribuye a que “mejore su autoestima, se sientan útiles, la sensación de soledad disminuya y, sobre todo, sepan que pueden hacer cosas”.
Desde el programa, se anima, así mismo, a las mujeres a “adoptar un perro que les acompañe en el resto de su vida. Vamos a las protectoras, buscamos el más adecuado para ellas y cuando los adoptan estamos con ellas hasta que veamos que el vínculo se ha creado y el comportamiento del perro es adecuado”.
En Madrid, hay un programa de perros de protección pero “éstos son de apoyo emocional, les animan a seguir adelante”, explicó García Sánchez, que indicó que ella misma empezó a trabajar con perros de protección, de defensa, pero se dio cuenta de que “los perros son al final mucho más”. El apoyo emocional que dan “no sólo vale para víctimas de violencia de género, sino también para personas con discapacidad, ancianos, niños con bullying,… para un abanico súper amplio. Y nos dimos cuenta de que era esto a lo que nos queríamos dedicar: ayudar a la gente para que tire para adelante”.
Uno de los ámbitos que “más nos preocupan es el de la víctimas de violencia de género” y “ahora estamos arrancando con un programa para prevenir el suicidio”.