El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha ha optado finalmente por recurrir la sentencia por la que tendrá que indemnizar con 5,5 millones de euros a la familia de una niña que se quedó tetrapléjica al nacer, por mala praxis médica (reconocida por lo penal) en un parto en el año 2012 en el Hospital Gutiérrez Ortega de Valdepeñas.
Los padres de Paula, merecedores de la mayor indemnización reconocida por la justicia en España por una negligencia médica el pasado enero, han cobrado en este mes de mayo de un millón de euros de las compañías Zurich y Mapfre, el resto lo tiene que abonar el Sescam, que ha optado por seguir pleiteando.
Un millón de euros desde mayo
“El recurso ante la Audiencia Provincial me lo notificaron el martes”, ha explicado el abogado de la familia Francisco Fernández-Bravo, que los representa en este largo pleito a través de la asociación El Defensor del Paciente. Un millón de euros es mucho dinero, “pero no es ni un 25% del importe al que tiene derecho esta familia, que lleva siete años afrontando un día a día desastroso con la pequeña”, apostilla el letrado.
No se mueve, no habla y respira con dificultad
El caso de Paula conmovió a la opinión pública de todo el país al conocerse los detalles de su día a día. No se mueve, no habla, y respira con una dificultad tan extrema que necesita atención continua de día y de noche. Su esperanza de vida, con siete años ahora, se estima en diez, según explicó la familia cuando aireó el caso a primeros de año.
Una ayuda de menos de 400 euros hasta ahora
Hasta este mes los padres de Paula, modestos trabajadores de Villahermosa con dos hijos más, solo han percibido por los cuidados de la niña 387 euros mensuales por discapacidad.
La sentencia del juzgado de lo Penal número 1, de conformidad respecto a la responsabilidad penal, considera probado que el 14 de octubre del año 2012, en un contexto de recortes en la sanidad pública de Castilla-La Mancha, la matrona y el ginecólogo que siguieron el parto de de la madre, “con un proceder absolutamente negligente, no adoptaron las medidas necesarias encaminadas a solucionar la situación de pérdida de bienestar fetal, en orden a la finalización del parto y evitación de un sufrimiento fetal irreversible”.
Las secuelas de la niña
La recién nacida sufrió “un grave y severo daño neurológico” como consecuencia de la falta de oxígeno, causada por el descenso repetido y mantenido de la frecuencia cardíaca fetal.
Se considera probado que la pequeña tiene a día de hoy las siguientes secuelas: una tetraplejia C5-C6 (movilidad de cintura escapular), alteración de funciones cerebrales superiores integradas de intensidad muy grave, epilepsia no controlada completamente con crisis y perjuicio estético en grado “importantísimo”.