“Madre me matan pero no por ser un criminal”. La frase pertenece a la carta que escribió Dionisio Pozo a su madre y a sus hermanas la noche anterior a su fusilamiento el 18 de noviembre de 1939 en Puertollano. En la misiva, Dionisio que también escribió otra dirigida a su mujer e hija en la que organizaba asuntos domésticos e incidía en que la educación que recibiera su hija la hiciera libre y que supiera siempre que su padre había sido una buena persona que murió por sus ideas.
Antonio Román leyó las dos cartas igual que Pilar Fernández leyó otra que escribió Inocente González, su tío abuelo y el último alcalde de la República en Torrenueva, a un amigo. Ambos testimonios formaron parte del emocionantísimo acto vivido este martes en el patio del Palacio de la Diputación de Ciudad Real, engalanado como pocas ocasiones, y con el que la Corporación Provincial rendía un justo homenaje a aquellas personas que fueron represaliadas en la provincia durante la dictadura franquista y que permanecían silenciadas.
Ciudad Real, la provincia, no pudo celebrar de mejor forma el Día de la Paz. Este acto de reconocimiento a los represaliados, a todas luces extraordinario, no solo ha sido pionero en recordar la memoria de las 3.887 personas a las que los horrores de la dictadura quisieron silenciar para siempre sino que se celebró en presencia de los familiares todavía vivos, quienes gracias al cariño que han mantenido hacia sus seres queridos y también han sabido transmitir a los suyos han impedido que el olvido los hiciera desaparecer para siempre.
Poner luz sobre la memoria
El trabajo desarrollado durante ocho años por el grupo de investigación del Centro Internacional de Estudios de Memoria y Derechos Humanos de la Universidad de Educación a Distancia (UNED) ha puesto luz sobre la memoria de quienes no la tenían hasta ahora, cuyos nombres han quedado plasmados en un documento que custodia la Diputación y que ya obra, también, en poder de los alcaldes de los pueblos afectados. Con él se pone fin a 80 años de olvido y viene a poner negro sobre blanco los nombres de estos ciudarrealeños que ya sí forman parte de la historia de esta provincia. Con todo, el listado es sólo la primera fase de un proyecto que incluye la elaboración de un mapa de fosas en la provincia.
Los resultados arrojados por el trabajo de campo desarrollado por los investigadores durante el contacto con los familiares, sus conclusiones, el análisis de los casos contrastados con los datos de los registros, la contextualización histórica del franquismo y sus prácticas de terror para mantener el control político y social, pero sobre todo la presencia en el acto de numerosísimos familiares y los testimonios que pudieron verse a través de video y en directo, gracias al relato de los propios protagonistas, propiciaron uno de los ambientes más emotivos y sobresalientes que esta periodista haya podido vivir en los años de ejercicio de la profesión.
Se proyectaban los nombres de los represaliados
¡Qué impresión. Son los nombres! Decía una colega asturiana sentada a mi izquierda cuando desde las pantallas de video se proyectaban cada uno de los nombres de los represaliados ciudarrealeños. A la larga lista de nombres se sumaron los testimonios de familiares quienes mediante la palabra y pero también a través del silencio, de largos silencios, contaron lo que había sido su vida junto a la de quienes sufrieron cuando vieron cómo les arrebataron a sus familiares sin razón alguna. Para este momento ya eran muchos los pañuelos que enjugaban las lágrimas de los presentes en el acto.
De la intensidad con la que pude vivir este acto dejo varios aspectos para la reflexión:
-A los familiares se les veía satisfechos y orgullosos por el reconocimiento público hacia la figura de quienes perdieron la vida por defender los valores democráticos. También reclamaban la segunda parte: saber dónde están sus familiares para honrarlos como merecen.
-El papel de las mujeres para la recuperación de la memoria histórica fue determinante: su tesón ha sido clave para conservar relatos, cartas, fotografías y listas de fusilados que han permitido la identificación posterior
-Y la especial dureza con la que la represión franquista trató a esta provincia hasta situarla a la cabeza en número de víctimas mortales, la mitad fusiladas, aunque también hicieron uso del garrote vil, del traslado a las cárceles más duras de la dictadura, los juicios sumarísimos y los suicidios.
El presidente de la Diputación, institución que financia en la actualidad el trabajo de los investigadores y comprometió ayuda para exhumaciones y/o señalización de fosas, dejó claro que tanto sufrimiento no había sido en vano: “Sentimos un enorme orgullo de ellos y de su sacrificio, porque su generosidad y dolor no fueron en balde; gracias a ellos nosotros hemos podido disfrutar de los mejores tiempos que ha vivido España”, dijo.