Cuelga el fotógrafo madrileño una serie de creaciones analógicas que son una metáfora del paso del tiempo, en una muestra que se ha inaugurado este viernes y que es la exposición número ciento cincuenta en la emblemática taberna de la plaza.
Una serie muy llamativa “de carteles de la calle”, señala el artista, pero todos están gastados lo que hace se pueda apreciar por “el trasfondo, el paso del tiempo a través de las capas. Para Franco se trata de “una metáfora de los tiempos actuales, de los discursos que se van sucediendo y el tiempo los va carcomiendo porque no tienen visos de realidad”. Una realidad que se aprecia de vez en cuando debajo de las capas de papel carcomido: el muro que queda detrás.
Las fotografías que presenta José Manuel Franco en El Rinconcito son “analógicas al cien por cien”. Un revelado especial, que da una tonalidad amarillenta a las fotos, viradas al selenio. Los papeles que sirven de soporte a las fotografías tienen más de cuarenta años, señala Franco, “alguno es Valca, de la mítica fábrica vizcaína que cerro en 1984”.
José Manuel Franco, aunque no ha expuesto en todo este tiempo, no ha parado de realizar proyectos. La serie que se ha inaugurado este viernes era una idea que se concretó cuando el responsable de El Rinconcito le animó a exponer.
Franco disfruta regresando a las técnicas antiguas, a pesar de que la fotografía digital evoluciona prácticamente a diario, “creo que no soy único, hay un movimiento cada vez más grande en ese sentido”. Las copias analógicas, defiende el fotógrafo, son muy duraderas, hay muchas con más de cien años, “la digital no sabemos como va a evolucionar”. Además, es cautivador el “tener que estar siempre experimentado a ver que sale porque no tienes un resultado en la pantalla, tienes que acabar todo el proceso”.