Una gran hoguera, la mayor de los últimos años y colocada en medio del coso taurino de Villamayor, protagonizó un año más la celebración de los candelicios en esta pequeña localidad, una fiesta celebrada desde siempre, antes con hogueras en cada barrio y ahora con una sola y organizada por el Ayuntamiento, en torno a la cual se reunieron numerosos vecinos, pequeños y mayores. Las amas de casa ofrecieron una apetecible merienda a base de limoná, habas, pitos, chocolate caliente y bollería local, en la víspera de la candelaria, con la aceituna recogida y cuando la luz va ganando al invierno.
El alcalde y varios de sus concejales de Gobierno vivieron el momento, con casi cien vecinos asistentes a su candelicio, en una fría y ventosa tarde que invitaba a recogerse entre las paredes del viejo y remozado matadero, cerca de su lumbre los mayores y los menos viendo como la gran hoguera se consumía, tras alcanzar muchos metros de altura los miles de kilos de ramas de olivo y maderas.
Un pequeño carro tirado por una vetusta burra recogió a casi una decena de niños en el centro del pueblo y los bajó hasta la plaza de toros, a la par que entonaban viejas canciones ligadas a los candelicios, una celebración que se hacía hasta hace solo unas décadas en Villamayor con hogueras en todos los barrios del pueblo, en la víspera de la popularmente denominada candelaria, fiesta que recuerda la Presentación del Señor en el templo a los 40 días de nacer y de donde se supone que viene la denominación de Candelicios en Villamayor de Calatrava.
