No sólo está muy rico, sino que también tiene los componentes exclusivo de, como ocurre en el Obrador de La Deliciosa o la pastelería Enrypas, sólo elaborarse para estas fechas festivas y lúdico, tanto por su acabado como por la sorpresa que, en forma de figurita, lleva dentro.
“Al que le toca se lleva esa pequeña alegría” de quedar exento a la hora de pagar un roscón al que ciudarrealeños de todas las edades hincan el diente la noche de Reyes. En el Obrador de La Deliciosa, tan sólo desde los días 3 al 7, elaboran este dulce ‘estrella’ con el que finalizan las Navidades y se ‘cogen fuerzas’ para las venideras rebajas y la temida cuesta de enero.
Así que en este obrador no se escatima en nata, trufa o crema al poner los rellenos de un roscón en el que “está bueno hasta el agujero de en medio”, esboza Rocío, que asegura que su preferido es el que no lleva relleno mojado en chocolate, aunque es difícil resistirse a los de nata, siendo “pura de vaca”.
Los de nata ocupan la segunda posición en el ránking personal de Juan Antonio Moreno Cid Cruz, responsable del Obrador, tras los portugueses, que únicamente elabora el día 6, y que están basados en el ‘bolo rey’ luso, en el que se incorporan a la masa, en lugar de colocarse en la superficie, frutas y frutos secos.
Harina, huevo, mantequilla, azúcar, agua de azahar, ron, ralladura de naranja, fruta confitada y almendra, además de “técnica y talento”, se emplean para elaborar los en torno a 1.200 roscones que salen estos días del Obrador de La Deliciosa, prácticamente todos por encargo, de los que habitualmente no sobra ni uno. Hasta el año pasado, pese a la incertidumbre por la pandemia y temperaturas más bajas que las de este inicio de 2022, hubo colas en la calle frente a la pastelería de La Deliciosa en la Plaza Mayor para conseguir uno de estos roscones.
“El proceso de elaboración comienza en la amasadora, luego se le da la forma de roscón, posteriormente se fermenta, se le aportan los acabados para cocerlo y, una vez cocido, se rellena y a venderlo. Ése es el camino que hace el rosco”, describe Juan Antonio, que elabora la receta que le enseñó su padre, quien “estuvo trabajando en Madrid y Malagón y, cuando se quedó con La Deliciosa en el año 67, les transmitió la fórmula”.
Azúcar perlado, láminas de almendra y trozos de fruta confitada como naranja, calabacete y melón rojo y verde, además de azúcar glass como toque final, decoran la parte superior del roscón, cuya venta supone el 80 por ciento de las realizadas a lo largo de Navidad en La Deliciosa, donde también tienen un especial ‘tirón’ los canapés para el aperitivo de Nochebuena y Nochevieja, el tronco de Navidad y los mazapanes artesanos, así como las tartas, como para Nochevieja, entre ellas la de tres chocolates y la San Marcos, de nata y yema quemada.
En la pastelería Enrypas, su responsable, Enrique Cruz, reconoce que el 5 de enero es el “día más fuerte del año” y en este mes han entrado más encargos que en 2021 y, además, de roscones grandes. Estimaban que, por las circunstancias actuales, las predilecciones podrían decantarse más por los pequeños pero “se siguen encargando los grandes” porque los clientes saben que “tan sólo se pueden adquirir en estos días del año y la gente aprovecha”.
En las pastelerías artesanas como Enrypas, para su elaboración se utilizan materias primas “buenas, puras y naturales”, sin nada de aditivos, conservantes ni colorantes. “No hay anti moho, antifermento,…, todo es artesano”, de ahí que dure de un día para otro, a “la siguiente jornada ya empieza a ponerse duro”.
El roscón es un brioche “muy mejorado” con bastante mantequilla, leche y huevo; “la nata es pura y la crema es pastelera, no crema en polvo. Se elabora con huevo, azúcar, almidón, canela, limón,…, no lleva nada de conservantes. Es todo puro”.
“Todo lo que hago es artesano con productos naturales y la gente lo aprecia. Paga un poquito más porque el producto es de calidad y han subido los precios, pero la gente se lo echa en el cuerpo”, elige un rico producto con ”materia prima buena”, expone Enrique, que tiene claro que los encargos de este año, los cuales se han incrementado entre un cinco y un diez por ciento, son “la semilla del año pasado”. Es algo que le dice a sus hijos y mujer, así como que “este año los tenemos que hacer bien para que el año que viene vuelvan”.
No sólo los Kinder llevan sorpresa, también estos dulces tradicionales que encantan a comensales de todas las edades y cuyas figuras, de cerámica o resina, suelen reservarse a los más pequeños e incluso coleccionarse. “Coronado rey será” el que encuentre la figurita, por lo que se acompaña al roscón de una simbólica corona, mientras que quien halle el haba deberá pagarlo, aunque al final quien lo hace suele ser el ama de casa, evidencia Enrique, en cuya pastelería familiar se hacen estos días más de seiscientos roscones. “A veces no podemos coger más encargos”, “la gente vuelve y si lo hace es por algo”.