Los documentos históricos de las minas de Almadén sustraídos supuestamente con engaños de la colección familiar de Manuel H., un vecino de la localidad que intentó venderlos en el verano de 2020, tienen un “altísimo valor histórico”, que no es lo mismo que el precio de mercado, que un tasador profesional estableció en 95.000 euros.
Rafael Martínez, librero anticuario, tasador de documentos manuscritos desde el siglo XIII, y dueño de una librería online especializada, hizo la tasación de todos esos documentos de las minas, de los siglos XVIII y XIX, un año antes de la supuesta estafa. Con este experto contactó por teléfono Manuel H. para que le valorara los documentos, porque tenía intención de vender esa colección.
Al tasador le bastaba haberlos examinado por fotografía, según ha declarado en el juicio en la Audiencia de Ciudad Real contra el presunto estafador, Manuel C.F., pero el dueño, el otro Manuel, se empeñó en enviárselos a su casa en León. “Los tuve en mi poder como un año y medio”, ha contado.
Precio 95.000 euros, valor real “250.000 cada uno”
A preguntas de las partes el librero ha insistido en que el valor histórico de esos documentos es “altísimo”, por ponerles un precio como de 250.000 euros cada documento, si bien en el mercado entiende que no se pueden vender a más de 95.000 euros y se lo explicó a Manuel. También se ofreció a vendérselos a una institución pública por una comisión.
En el tiempo que este librero anticuario tuvo los documentos de las minas de Almadén, como un año y medio, Manuel le volvió a llamar para reclamarlos porque le había salido un comprador privado que le ofrecía más dinero. Martínez se los devolvió, aunque según ha explicado le pareció muy raro que un comprador serio, privado, pagará más del precio de su tasación, le desaconsejó que los vendiera, y que no los entregara sin cobrar, y se los reenvió.
Tiempo después este hombre se enteró de la presunta estafa (le escribió el abogado de Manuel H), para no tener que pagarle la comisión por la tasación, y ha contado que no le sorprendió el supuesto engaño porque veía al perjudicado “un poco débil”.
Estafa o apropiación indebida
Tres escuchar el testimonio del tasador y los guardias civiles del puesto de Almadén y del equipo del Seprona de la comandancia de Ciudad Real, la fiscalía ha mantenido la petición de cuatro años y medio de cárcel para el acusado, por un delito de estafa agravada, dado “el valor histórico de los documentos”. No obstante, la fiscal del caso, Gema Romero del Hombrebueno, ha introducido la calificación alternativa de apropiación indebida, que implicaría una pena inferior.
Utilizó un nombre falso porque era un prófugo de la justicia
Diego Parra, el abogado defensor del presunto estafador, Manuel C.F. ha solicitado la absolución porque entiende que no hay ninguna prueba de que este hombre, que entabló amistad con el denunciante, se hiciera con engaños con unos documentos, que según el letrado desconocía su valor porque es anticuario de muebles y cerámicas, no de documentos.
El abogado ha contado que si Manuel C.F. y su familia vivieron seis meses en Almadén en 2020, con una identidad falsa, es porque era un prófugo de la justicia, no porque quisiera engañar a nadie con su actividad. En ese tiempo tenía vigente una orden de ingreso en prisión de tres años de la Audiencia de Mérida por una condena de 2016, de unos hechos de 2012 (por estafa), y evitó la cárcel a toda costa.
Intentaba evitar ir a la cárcel
Por no querer afrontar esa pena -que ya ha cumplido- el comportamiento de Manuel C.F. fue raro en cuanto a su identidad, o a cambiar de domicilio, hasta que fue detenido en noviembre de 2021 en Murtas, un pueblo de la Alpujarra granadina.
El Seprona de la Guardia Civil llegó hasta Murtas , la casa en la que se escondía el acusado, en noviembre de 2021, poco después de que Manuel H. viera sus documentos anunciados para la venta por 5.000 euros en la web todocolección.net, un portal en el que el acusado ha vendido antigüedades más veces.
Lo extraño del anuncio es que quien figuraba como vendedor era el propio Manuel H. De esa pista partió la Guardia Civil para localizar al prófugo que hasta el último momento, según se ha sabido en el juicio, evitó su detención: se escondió en un armario.
Se escondió en un armario empotrado para evitar la detención
Cuando los agentes fueron con una orden a registrar esa casa de Murtas, alquilada a nombre de su compañera sentimental, la mujer les dijo que vivía sola (fue detenida, pero se sobreseyeron las actuaciones contra ella). En el registro en busca de los documentos de las minas de Almadén, que logró recuperar la Guardia Civil, encontraron al acusado dentro de un armario empotrado.
Manuel C.F. ha insistido al final del juicio que no intentó engañar a Manuel H., solo hacer de intermediario para venderle los documentos, que él mismo le llevó a su casa y puso a su disposición.
El destino de los documentos, en sentencia
Sobre el destino final de esos documentos históricos de las minas de Almadén, que reclama el Archivo Histórico Nacional (ahora están retenidos por la justicia) se pronunciará la sección primera de la Audiencia en la sentencia del caso.