Cientos de ciudarrealeños han querido acompañar este sábado al Cristo de la Piedad en su salida extraordinaria para conmemorar el 75 aniversario de la recepción del actual titular por la hermandad de Semana Santa que lo venera y que lo procesiona la tarde del Viernes Santo.
La procesión ha partido de la catedral de Santa María del Prado, donde la cofradía tiene su sede canónica, y ha supuesto un colofón “muy especial” a la efemérides, que ha contado con varias celebraciones religiosas a lo largo de la semana, como un triduo extraordinario y una oración el día 14, día de la exaltación de la Santa Cruz.
La entidad, tal y como ha explicado su hermano mayor, Pascual Sánchez, ha querido trascender a la sociedad ciudarrealeña el valor cofrade y litúrgico de la actual imagen, realizada por el imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci en 1947. El objetivo ha sido conmemorar el 75 aniversario de “la hechura y bendición del Cristo de la Piedad el Viernes de Dolores de aquel año por parte del entonces obispo Emeterio Echeverría”.
La imagen, un Cristo muerto en la Cruz, sustituyó a “dos anteriores, una de ellas perdida en la guerra”, y es de las más queridas y reverenciadas en la capital, tal y como se ha puesto de manifiesto este sábado en la salida procesional que ha recorrido el centro de la ciudad de manera solemne y respetuosa.
La convocatoria extraordinaria se ha iniciado a las 19,30 horas y durante varias horas el paso ha sido portado a costal por sus cuadrillas habitutales, con llamativas novedades como el estreno del dorado del costero izquierdo del canasto, elaborado en el taller sevillano de los hermanos González y el cambio en el exorno floral, que ha pasado del tradicional monte formado por claveles rojos a una base variada de flores naturales, como las rosas rojas, helechos de cuero, estati azul morado, impericums rojos, calas rojas, lisianthus morado, erigiun o iris azul morado.
El solemne caminar de la imagen ha estado acompañado por representaciones de otras hermandades de Pasión y Gloria de la Semana Santa capitalina, que han acompañado al Cristo de la Piedad con sus enseñas, además de los hermanos, que han alumbrado el recorrido, y los fieles, que han expresado una mirada de calor y cariño a la imagen por su significado cristiano. Igualmente, la presidenta de la Comisión Permanente de la Asociación de Cofradías de Ciudad Real, Yolanda Gómez, ha asistido a la conmemoración procesional.
La música también ha servido para aumentar la emoción de los hermanos de la cofradía del Cristo de la Piedad y de los devotos en general que han seguido la procesión, ante las interpretaciones de la “señera” agrupación musical Santa María Magdalena de la localidad sevillana de Arahal.
Tras ejecutar varias partituras antes de la salida del templo, la banda ha tocado el himno nacional coincidiendo con la llegada del Cristo al atrio del Paseo del Prado, en torno a las 19,50 horas, que el público, entre el que había muchos niños, ha aplaudido. La procesión ha estado presidida por Bernardo Torres, consiliario de la hermandad, y se ha dirigido hacia diversas calles del centro, pasando por las plazas Mayor y del Pilar, y volviendo por la calle Toledo y el Pasaje de la Merced hacia la de Caballeros, Feria y Paseo del Prado para ingresar de nuevo en la basílica.
La climatología templada y la noche han cerrado un escenario digno de una salida extraordinaria, donde el Cristo de la Piedad ha brillado entre la música y la luz de las velas de los fieles.
Misa
Ha sido el broche final a una jornada en la que la hermandad han vivido otros “momentos de alegría”, como ha sido en la misa celebrada a las 10,30 en la catedral, presidida por el obispo, Gerardo Melgar, quien ha destacado la figura de Jesús y la cruz en la liturgia y la profundidad de los cristianos. Ha asistido la alcaldesa de Ciudad Real, Eva Masías.
Sánchez también ha destacado esta celebración que se une a otra reciente, como fue la celebración del IV Centenario Fundacional de la hermandad hace seis años, una ocasión especial de celebración y confraternidad entre los componentes de la cofradía que vivieron “con emoción”.