Las once personas encerradas en el pozo de San Aquilino para grabar un documental de Chico Pereira han dejado este viernes a las doce de la mañana las galerías después de convertir a Almadén en tan solo once días en el símbolo de la lucha de las comarcas mineras y de la ‘España vaciada’ por un futuro.
Convertidos en “héroes”, después de resucitar los sentimientos de “apoyo comunitario” y “protesta”, los once han entonado a su salida las reivindicaciones de desarrollo económico, social y en infraestructuras por las que clama toda la comarca. Más de mil personas los han recibido a las puertas del parque minero entre aplausos y lemas.
Cine para “cambiar el mundo”
En el cine social, los directores entienden el papel de las películas para “remover conciencias”. Pero Chico Pereira ha ido mucho más allá: “aquí lo que contribuye a cambiar el mundo no es la película en sí, sino el mismo proceso documental”. Ha sido la grabación de un documental inspirado en el encierro que protagonizaron 11 mineros hace 35 años, la que ha desatado la oleada de reivindicación en la comarca.
Afincado en Helsinki, donde trabaja en el departamento de cine documental de una universidad finlandesa, Chico Pereira pone en marcha procesos sociales que luego documenta. El director explica que la idea inicial “podría convertirse en una historia de ficción”, sin embargo, da lugar a procesos reales. La grabación del documental en Almadén ha sido el detonante, pero hoy la movilización en la calle es una realidad.
El equipo de dirección ha utilizado la fórmula del encierro en la mina como símbolo. Chico Pereira explica a Lanza que la comarca de Almadén, tanto en los años 1984 y 1979 –cuando tuvieron lugar los últimos encierros de más relevancia-, como en la actualidad, vive un momento de “crisis”. En ambas épocas está generalizada la “negatividad” entre la población, que considera que “el pueblo se está muriendo”.
“¿Qué puede pasar si recreamos el encierro, cogemos el pasado como si fuera un guion, con 11 personas en la mina, y lo adaptamos al presente?”. Fue la pregunta que se hizo Pereira. La comarca no ha dudado a la hora de responder. Los vecinos han recuperado “la unión, el compañerismo, la solidaridad” patente en las fotografías antiguas, con pancartas colgadas en el cerco y “mensajes de lucha más allá de los pueblos”.
La lucha obrera, patrimonio de los pueblos mineros
Aparte de las galerías y de los monumentos que ha dejado la extracción del cinabrio durante siglos en esta comarca, Chico Pereira destaca que “la lucha obrera, de la colectividad, forma parte también del patrimonio de los pueblos mineros”. En apenas unos días, la plataforma ‘Forzados’ ha conseguido canalizar la lucha que ha emanado cincuenta metros bajo tierra.
El creador de ‘El encierro’ apunta que el proceso que ha tenido Almadén “es muy similar a otros pueblos creados en torno a una mina, como en El Bierzo, pero también de fuera de España, de Inglaterra o Estados Unidos”. Pereira alude al “proceso extractivo” que han vivido estas comarcas, donde, a su juicio, “se ha extraído mucha riqueza, que nunca revierte”.
Por eso, Almadén ha conseguido convertirse en símbolo de las comarcas mineras y también de las amplias regiones despobladas que existen en toda España. “Es un fenómeno global y no estamos solos”, insiste, tras aludir a los contactos que existen con directores de documental de otros puntos de España y a los mensajes de apoyo que han recibido de otras comunidades de artistas.
Continuidad para las reivindicaciones
Senadores, diputados nacionales, empresarios, expertos en patrimonio y decenas de personas han bajado por la jaula del pozo de San Teodoro hasta llegar al campamento del encierro. Según los encerrados, si no hubieran grabado el documental “podrían haber pasado años para la celebración de algunas de esas reuniones”. Han conseguido movilizar a la población y dar un toque a la clase política; ahora falta la respuesta.
Con el fin del encierro, está en el aire la continuación de la protesta para conseguir exigencias reales como la construcción de la opción sur de la autovía A-43 o el establecimiento de incentivos que favorezcan la instalación de empresas. Chico Pereira reconoce su inquietud, pero confía en el germen puesto en la población.
Entre los once hay personas “comprometidas” con el desarrollo de la comarca y si hay algo en lo que han insistido en los últimos días, según destaca el autor de ‘El invierno de Pablo’ –documental sobre la vejez de un minero en Almadén-, es en que “existe una forma diferente de hacer política y que el futuro lo construimos todos, no es cuestión de echar un voto”.
Todos comparten “las ganas de cambiar las cosas desde un punto de vista positivo, cívico y de encuentro comunitario”, por eso han recibido en los últimos días a todos los agentes implicados en la comarca, dispuestos a escuchar y a transmitir sus reivindicaciones de manera “constructiva”.