Las patatas bravas de Miguel Carretero, originario de Pedro Muñoz y chef del restaurante Santerra en el barrio de Salamanca de Madrid, son las mejores de España. Esa fue la conclusión del I Campeonato Nacional de Bravas y Tinto de Verano celebrado este martes en Madrid Fusión, donde Gonzalo Silla del restaurante Vuelve Carolina de Quique Dacosta en Valencia resultó ganador en la categoría de creatividad y Miguel Carretero en la sección tradicional.
Las patatas, cocinadas en aceite de girasol a 180 grados con un corte fino “para mantener el crujiente y que la salsa las envuelva más tiempo”, según confiesa a Lanza el mismo chef, llevan una salsa cocinada con “ajos, cayena, caldo de cocido, hueso de jamón, chorizo asturiano para dar un toque ahumado, un refrito de pimentón picante y dulce, y vinagre”. Con tal elaboración, seguro que están para chuparse los dedos.

Aunque expertos culinarios coinciden en que “la cuna de las bravas es Madrid”, lo curioso es que el Santerra fue el único restaurante de la capital que llegó a la final. Miguel Carretero se enfrentó en su categoría a Daniel Moreno del restaurante malagueño Tragatá y a Alejandro Loaiza del Informal de Barcelona. La batalla estuvo servida con la tapa más famosa de la gastronomía española. “Los compañeros eran duros y muy buenos”, señala Carretero.
Lo cierto es que la receta lleva mucho tiempo en la barra del Santerra, donde no han dejado de perfeccionarla. Para el que las quiera probar, solo tiene que pedirlas. No ha sido la única actividad en la que ha participado el restaurante en Madrid Fusión, que este mismo miércoles ha organizado un taller en el homenaje a la croqueta organizado por el Ayuntamiento de Madrid.
La explosión de Madrid Fusión
Entre el 29 y el 31 de enero, Madrid Fusión ha acogido a los grandes exponentes de la cocina española. Por este encuentro culinario, que es uno de los más importantes del mundo y lanzadera para las últimas tendencias, han pasado Dabiz Muñoz, Ferrán Adrià, Ángel León o Joan Roca, y también chefs de la tierra como José Antonio Medina y Rocío Arroyo. Los números hablan de 200 ponentes, más de 1.800 congresistas y chefs de todo el mundo.