Con puntualidad británica hicieron su salida las imágenes del Niño del Remedio (18:20 horas), Nuestro Padre Jesús Nazareno (18:30 horas) y Nuestra Señora de la Esperanza (18:55 horas) de las cocheras ubicadas en el barrio del Pilar cuando se levantaba un ligero viento que vaticinaba malos augurios para una de las procesiones más esperadas de la Semana Santa ciudarrealeña y, en particular, para los vecinos de este barrio que abarrotaban las calles, en esos momentos. No se cumplió el vaticinio y el Niño del Remedio hacía su aparición portado a costal por 20 jóvenes costaleros y acompañado por las notas de la agrupación musical Nuestro Padre Jesús Nazareno (Los Negrillos) de Calzada de Calatrava.
La llegada de los integrantes de la Agrupación Musical Santo Tomás de Villanueva anunciaba la inmediata salida de Jesús Nazareno de Medinaceli que hizo su aparición entre el silencio y los acordes del Ave María de Caccini que se mezclaron con los primeros aplausos de reconocimiento a la labor cadenciosa, estudiada y trabajada de los costaleros. Los acordes de “Aroma de barrio” de Francisco David Álvarez Barroso acompañaron al paso hasta que, una vez que tomó dirección hacia la parroquia del Pilar, la agrupación musical interpretó el himno nacional.
El sol se abrió paso entre las nubes
La salida de los acólitos precedió la aparición de la Virgen de la Esperanza portada por 35 costaleros. Era el momento en el que el sol se abría paso entre las nubes y esos rayos fugaces de primavera se fundieron en la candelería del paso de palio, mientras que de fondo se escucharon los aplausos de los cientos de vecinos que arropaban la escena, entre ellos, un importante número de jóvenes. El olor a incienso invadió la calle, mientras la Agrupación “Santa Cecilia” de Calzada de Calatrava interpretaba “Amanecer con Triana”.
La Hermandad de Medinaceli había pasado una gran parte del día de este Martes Santo esperando con incertidumbre el desarrollo meteorológico en Ciudad Real para ver si podrían procesionar dos años después del parón obligado por la pandemia. Con todo, el paso estaba preparado para mostrar a la capital de la provincia los importantes avances que se han incorporado al tallado en estos dos años, así como unos faldones nuevos dorados que han lucido con todo su esplendor.
En su salida, la imagen de Jesús de Medinaceli aparecía sobre un manto tupido de claveles rojos con dos centros de iris morados situados tanto en el frontal como en la parte de atrás, sobre un paso, obra del cordobés José Carlos Rubio Valverde, portado por 35 costaleros. Un lazo negro pendía de uno de los varales al igual que en el resto de los pasos que componen esta procesión.
Acompañado por la Agrupación Musical Santo Tomás de Villanueva, el cortejo del Señor del Pilar estuvo conformado por medio centenar de penitentes y una veintena de mujeres de mantilla.
Solidaridad con Ucrania
Como es habitual, el Niño del Remedio, otro de los pasos que componen la Hermandad de Medinaceli, abría el cortejo procesional portado por 20 jóvenes costaleros que, este año, han querido expresar su solidaridad con el pueblo de Ucrania, tras la invasión rusa, a través del color de las flores que lucía el paso a ambos lados de su parte frontal: dos centros de iris azules y amarillos como la bandera de este país que vive hoy uno de los peores momentos de su historia.
La iniciativa de incorporar los colores de Ucrania en las flores partió de los propios jóvenes, según contó a este digital el hermano mayor de la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno, José Luis Burgos. Así, y gracias a su iniciativa y generosa aportación individual de 5 euros, adquirieron estos centros florales y han logrado una importante ola de solidaridad entre cofrades y vecinos del barrio y de la capital.
El Santísimo Niño del Remedio, una obra de Faustino Sanz Herranz (1965), tuvo el acompañamiento musical de la agrupación “Nuestro Padre Jesús Nazareno de Calzada de Calatrava.
Hermandad de la Esperanza
La imagen de Nuestra Señora de la Esperanza salía del guardapasos cuando estaban a punto de dar las 7 de la tarde en el reloj. Vestía saya blanca y portaba su espectacular manto verde que fue bordado por las monjas Adoratrices de Madrid, un manto que es el más largo de la Semana Santa y fue restaurado en el año 2014. Portada a costal, a los pies lucía un manto de rosas color champán, dragón, astromelias y liliums, todos blancos.
El paso de palio de la reina del barrio del Pilar es una obra de los talleres de José Rabasa del año 1954, mientras que la obra de orfebrería es un trabajo realizado en los talleres de Orovio de la Torre de en Torralba de Calatrava mientras que los bordados corresponden a los talleres García Poo de Sevilla.
El hermano mayor, José Luis Tarifa, reconocía que este año había muchísima ilusión y muchas ganas de que la Virgen de la Esperanza volviera a recorrer las calles de Ciudad Real y, aunque tenían todo preparado, no dejaron de mirar al cielo durante todo el día con la incertidumbre de no saber qué podría pasar.
Tarifa destacó como novedad de este año, el estreno de las 5 varas de presidencia que estaban encargadas para estrenar en el año 2020 al igual que la cruz parroquial y el medallón del pertiguero.
Túnica y capa blanca
Tras la cruz parroquial, alrededor de 150 penitentes vestidos con túnica y capa blanca y capillo verde de terciopelo y unas 25 mujeres de mantilla han acompañado a la Virgen de la Esperanza en su discurrir por las calles de Ciudad Real, un recorrido que tuvo el acompañamiento musical de la Agrupación “Santa Cecilia” de Calzada de Calatrava. En este sentido y con motivo del XXV aniversario de la cuadrilla de costaleros, este martes se estrenó la marcha “Un Pilar de Esperanza” compuesta por José Ramón Lozano Garrido.
Los consiliarios de la hermandad, Juan Carlos Fernández de Simón y Felipe Muñoz Maldonado ostentaron la presidencia religiosa de esta procesión a la que asistió la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías, una procesión que llenó las calles de colorido, fervor y mucha, ilusión.
Entre las numerosas personas que presenciaron la salida estuvo el presidente del Partido Popular en Castilla-La Mancha, Paco Núñez, acompañado de la diputada regional, Lola Merino y el portavoz de este partido en el Ayuntamiento de Ciudad Real y senador, Francisco Cañizares, entre otros dirigentes de este partido.
Fundación de las hermandades
La Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza de Ciudad Real se fundó en noviembre de 1953, fecha en la que quedó vinculada a la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar. A mediados de diciembre, la imagen de la Virgen de la Esperanza fue bendecida en la iglesia de San Pedro Apóstol y, un año después, en 1954 la imagen salió en procesión por primera vez.
Desde sus inicios, la hermandad está vinculada al grupo de los Agentes de Comercio de la ciudad cuyo presidente, Miguel Ángel Rivero, ocupa el cargo de hermano mayor honorario junto a Luis Galiano Bermejo.
De su lado, la Hermandad del Cristo de Medinaceli fue fundada en el año 1949 por José Mur Escolá, pero la imagen no llegó a Ciudad Real hasta noviembre de 1950, año en el que fue bendecida por el obispo. Fue reconocida canónicamente en agosto de 1952 en la iglesia de Nuestra Señora del Pilar, según los datos recogidos en ciudad-real.es.