La característica fundamental de este problema es la alteración directa del estado de ánimo de carácter crónico, con determinadas fluctuaciones que comprenden numerosos períodos de síntomas de orden nervioso unidos a períodos de tiempo con problemas depresivos.
Su diagnóstico sólo se establece si el período inicial de dos años no se ve afectado por ningún episodio depresivo mayor, nervioso o mixto. Los síntomas pueden estar relacionados con la extremada duración de periodos prolongados de stress, cambios cíclicos, frecuentemente impredecibles, bajo estado de ánimo, considerando a la persona a veces como malhumorada, temperamental, fluctuante e inconsciente.
Este reflejo es el que podemos percibir, si conocemos a alguien con estas características debemos ser tolerantes y comprensivos con ellas.
A veces son desconocidos para nosotros y si no sabemos nada de ellos y menos si están recibiendo tratamiento la pauta a seguir es respetarles y de igual manera, ser observadores. La aparición de este problema mental es relativamente temprano y afecta a mujeres y a hombres de la misma manera. Las mujeres son más susceptibles de tratamiento a la hora de afrontar su problemática personal.
La adolescencia es la etapa en la que hace su aparición muchas veces este problema. A veces incluso puede debutar en el inicio de la edad adulta.
Un comienzo más tardío del trastorno ciclotímico sugiere un trastorno del estado de ánimo, debido seguramente a otro tipo de enfermedad de orden médico. Los síntomas de la enfermedad provocan en los pacientes malestar clínico significativo o deterioro social, laboral, familiar y otras áreas importantes de la actividad del individuo.
El tratamiento es farmacológico y psicológicamente debe ser reforzado por un psicólogo. El paciente, en el futuro, puede tener una buena calidad de vida e incorporarse a su actividad con normalidad controlada.